(jajaja aún no me ha pasado esa, aunque si le he encontrado otros usos a la cafetera :P)
Primero que todo, ¡hola a los que aún pasan por acá! Bienvenidos, tómense un cafecito y disfruten 🙂
Y bueh, en el post pasado había prometido hablar de la «vida de soltero», y pues aquí estoy 🙂
Para hacer contexto, empecemos desde el principio. Desde hacía algún tiempo (por allá en el 2015) estaba pensando en vivir solo, principalmente por el tema del commuting al trabajo (el hecho de viajar entre 2 y 3 horas diarias era algo que había que cambiar) y de paso salir de la «zona de comfort» que te da vivir en el hotel mamá. En octubre de 2016 empecé a echar lápiz y decidí que había llegado el momento de empezar a buscar lugar… inicialmente la idea era ir de alquiler y después comprar, pero gracias a la asesoría de unos amigos me convencieron de que era mejor comprar. Así que gracias a la ayuda de mi mamá (que me ayudaba con la logística de la visita de las opciones) vimos casi 60 apartamentos y casas, hasta que dimos con la indicada. La verdad la vista (que les compartí en el post anterior) fue la que me cautivó del lugar, además de la cercanía con mi lugar de trabajo :). Se hizo la gestión debida, y el 27 de enero de 2016 llegó el ansiado momento de firmar escrituras…
Después de eso (y de común acuerdo con la dueña anterior) el 2 de marzo recibí las llaves: ¡el apartamento era oficialmente mío! Pasó un tiempo mientras hacía unas reformas al apto y lo dotaba con lo más importante (sí, el Internet jaja), y el 1 de mayo oficialmente me pasé a mi nuevo hogar.
Así que, después de 9 meses de vivir solo:
- Aprendí a cocinar (lo máximo que había hecho antes era desayunos y una sopa con mi hermana que ni el perro se lo comió). En este sentido creo haber sacado por fortuna la vena culinaria de mi mamá 🙂
- Adquirí una deuda gigante y a muy largo plazo, pero con la satisfacción de tener un lugar propio (gracias Banco de Occidente por creer en mí)
- Me levanto más tarde (aunque no tanto porque cocino el mismo día) y llego más temprano al apto. ¡Yay! Lo único malo es que la calidad del sueño sigue siendo la misma 🙁
- Hago lo que quiero, a la hora que quiero y con quien quiero… jajaja a quién quiero engañar, hago lo mismo que he hecho siempre (soy la mata del juicio :P)
- Pagué mi primer predial, fui a mi primer reunión de copropietarios y fui a «tirar nado» a la piscina de la unidad (he ido dos veces solamente)
- Se me han quemado dos almuerzos (un arroz y unas lentejas), pero así y todo me los comí jajaja
- Se me cerró la puerta y me quedé por fuera del apartamento… en pinta de «zoyla», sin plata y sin celular. Se le agradece al cerrajero que después de una hora y media, pudo abrir la chapa (al menos pude comprobar la seguridad de la chapa jaja)
- Se me cerró la puerta y me quedé encerrado DENTRO del apartamento. Sí, leyeron bien, DENTRO. El pestillo de la chapa se quedó bloqueado y no permitía la apertura de la puerta. Afortunadamente ese día estaban unos amigos que me ayudaron a salir (gracias Sergio, Alejo y PP). Y sí, lo que tengo en la mano es un martillo (tocó usar la fuerza bruta jaja)
Mi día laboral empieza a las 5:45 a.m., cuando me levanto, hago el almuerzo y el desayuno, me baño y me visto, para salir alrededor de las 7:45 a.m. (oh si, commuting de 7-15 min). De regreso del trabajo, llego tipo 6:30-7:00 p.m., hago la comida y pues hago lo que tenga pendiente o me relajo. El sábado me levanto a las 8:00 a.m., hago el desayuno y me pongo a hacer aseo hasta medio día (sí, ¡la mata del juicio!)
En resumen, ha sido una experiencia gratificante y de mucho aprendizaje 🙂 No he sido el soltero tradicional que vive con un desorden permanente y que no sabe cocinar (ni tampoco el que hace bacanales ni orgías jajaja)… he tratado de ponerme una meta alta en cuanto a exigirme con el tema de la limpieza y la comida, y hasta ahora me ha ido bien jajaja (- inserte imagen de buuuu, que aburrido-).
¡Así que son todos bienvenidos a mi apartamento! No he hecho una inauguración oficial (ya que sería mucha gente y la logística para hacerlo la verdad me da una locha infinita), pero bueno… ¡ya saben!
¡Gracias por pasar!
- Andrés M.